
Nos adentramos nuevamente en ese periodo intermedio
entre un año que termina y otro año que se acerca,
en el que tenemos por costumbre tomarnos un tiempo
para recapitular los eventos pasados y enfocar el futuro.
Nos regalamos este tiempo de silencio e introspección para estar con nosotros mismos,
para sentir la unión con la naturaleza, para volver al ‘hogar’ y permanecer en él en quietud y en Paz.
Respecto del año que se fué:
Reconocemos y lamentamos los actos no virtuosos,
y nos proponemos firmemente no recaer nuevamente en ellos.
En cuanto a los actos virtuosos, dedicamos los méritos para que todos los seres sean felices,
para que se liberen de todo sufrimiento
y vivan colmados de armonía, de alegría, de Amor y de Paz.
Respecto del año que viene:
Tomamos consciencia de la maravillosa oportunidad que nos brinda
para comenzar de nuevo a cada instante, para aprender, para crecer y compartir.
Que todos los seres sean felices y, libres de todo sufrimiento,
sean colmados de alegría, armonía, amor y paz.