
Las investigaciones sobre las emociones impactan la comunidad científica al confirmar que
la emoción humana forma físicamente la “realidad”.
Tres diferentes estudios, realizados por diferentes equipos de científicos demostraron algo realmente extraordinario.
Pero cuando una nueva investigación conectó estos 3 descubrimientos, descubrieron algo sorprendente e impactante: la emoción humana forma literalmente el mundo que nos rodea. No sólo nuestra percepción del mundo, sino la realidad misma.
Los científicos concluyeron que “la emoción humana produce efectos que desafían las leyes convencionales de la física”.

En el segundo experimento similar pero no relacionado, diferentes grupos de científicos extrajeron leucocitos (glóbulos blancos) de donantes y los colocaron en unas cámaras donde podían medir los cambios eléctricos.
El donante fue colocado en una habitación y sometido a estimulación emocional consistente en visionar unos videoclips que generaron diferentes emociones en el donante.
El ADN se colocó en una habitación diferente en el mismo edificio. Tanto el donante como su ADN fueron monitoreados y cuando el donante mostró picos o valles emocionales (medidos por respuestas eléctricas), simultáneamente el ADN mostró idénticas respuestas.

No hubo demora en las respuestas, no hubo tiempo de transmisión. Los niveles altos y bajos de ADN coincidieron exactamente en el tiempo con los niveles emocionales altos y bajos del donante.
Los científicos querían averiguar hasta qué distancia podían separar el donante de su ADN sin perder este efecto y detuvieron las pruebas después de separar el ADN a más de 80 kilómetros del donante y seguían teniendo el mismo resultado: sin retraso, es decir sin tiempo de transmisión.
El ADN y el donante tuvieron idénticas respuestas al mismo tiempo.
La conclusión fue que el donante y el ADN pueden comunicarse más allá del espacio y del tiempo.

¡El tercer experimento resultó bastante impactante!
Los científicos observaron el efecto del ADN en nuestro mundo físico.
Los fotones de luz, que conforman el mundo que nos rodea, fueron observados en el vacío donde sus localizaciones naturales resultaron ser completamente aleatorias. Entonces se insertó el ADN humano y, sorprendentemente, los fotones ya no actuaban de forma aleatoria sino que seguían con precisión la geometría del ADN. Estos científicos describieron que los fotones se comportaban “sorprendentemente y de forma contra-intuitiva. ¡Tenemos que aceptar la posibilidad de un nuevo campo de energía!”
Concluyeron que el ADN humano forma literalmente el comportamiento de los fotones de luz que conforman el mundo que nos rodea.

Cuando se relacionaron estas 3 investigaciones, los científicos llegaron a la conclusión de que, si nuestras emociones afectan a nuestro ADN y nuestro ADN forma el mundo que nos rodea, nuestras emociones podrían cambiar físicamente el mundo que nos rodea. Es decir que, con nuestros sentimientos, creamos literalmente nuestra realidad.
Y no sólo eso, sino que estamos conectados con nuestro ADN más allá del espacio y del tiempo.
Fuente: bibliotecapleyades