Credo Relaciones

Tú y yo tenemos una relación que yo valoro y que quiero conservar. Sin embargo, cada uno de nosotros es una persona individual, con sus necesidades propias y el derecho a satisfacerlas.

Cuando tu tengas problemas para satisfacer tus necesidades, yo trataré de escuchar con sincera acogida, para hacer más fácil que tú mismo encuentres tus propias soluciones, en vez de que dependas de las mías. Por mi parte, respetaré tu derecho de elegir tus propias creencias y tus propios valores, por diferentes que sean de los míos.

Sin embargo, cuando tu comportamiento interfiera con lo que yo deba hacer para satisfacer mis propias necesidades, te diré franca y abiertamente en que forma me afecta tu comportamiento, confiando en que tu también respetes mis necesidades y sentimientos, lo suficiente como para tratar de cambiar el comportamiento que es inaceptable para mí.
Del mismo modo, cuando algún comportamiento mío sea inaceptable para tí, confío en que me lo dirás abierta y francamente, para que yo pueda modificar mi conducta.

En aquellos casos en los cuales encontramos que ninguno de los dos puede cambiar para satisfacer las necesidades del otro, reconozcamos que tenemos un conflicto y comprometámonos a resolver cada uno de esos conflictos sin que ninguno de los dos recurra al uso del poder o de la autoridad para ganar a expensas de que el otro pierda.

Yo respeto tus necesidades; pero tú también debes respetar las mías. Así es que buscaremos siempre una solución que sea aceptable para ambos. Tus necesidades serán satisfechas y las mías también, ambos ganaremos.

De esta manera, tú puedes seguir madurando como persona mediante la satisfacción de tus necesidades, y lo mismo puedo hacer yo.
De este modo, nuestra relación puede ser siempre saludable, una relación en la cual ambos podamos tratar de ser lo que somos capaces de ser, y podamos seguir relacionándonos mediante sentimientos de respeto y amor mutuo, en la amistad y en la paz.

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